Almería

El deporte, su mejor medicina

  • Santiago Ruiz Gutiérrez compagina su trabajo como farmacéutico con su pasión incansable por el deporte · Transmite estos hábitos saludables a su familia al completo, especialmente a sus dos hijas

Actualmente tiene 36 años. Eran muchos menos cuando empezó a asomarse a la ventana del deporte. Es uno de sus principios. Nunca supo, a ciencia cierta, qué era lo que quería ser de mayor. Santiago Ruiz Gutiérrez, que es Santi para familiares y amigos y papá para sus dos hijas, no ha dejado de mirar el horizonte más allá de la línea de meta. Nunca para atrás. Igual porque sus padres, ambos jugadores de balonmano, así se lo enseñaron.

Su historia comenzó antes. En Granada. Aunque reside habitualmente en Almería, desde donde coordina y atiende su farmacia, situada en Cástaras, un pueblo de agua en la Alpujarra. De esos casi de cuento. Pocos vecinos y paisajes increíbles. ¿Farmaceútico? Nunca lo tuvo claro. Se matriculó en Química, donde cursó los primeros años. Abandonó y se tituló como boticario. De ahí, al Corte Inglés de comercial, a una editorial médica y a Almería tras dar, un 11 de septiembre, el sí quiero a Rosa Magán. Uno de los pilares de su vida, que luego fueron tres porque por su casa pululan plenas de magia, dos princesas de Disney, María y Paula, a las que inculca su pasión por el deporte. "Mi mujer se sacrifica mucho por mis carreras", asegura.

Habla con convencimiento. El mismo que le hace concentrarse cuando entrena, aunque "no es ningún sacrificio porque me gusta mucho", cuando sube a una bicicleta o se lanza desde el trampolín.

Apenas levantaba un metro del suelo y ya estaba inmerso en la natación, el esquí de fondo, waterpolo, atletismo y judo. "Llegó un momento en que tuve que dejarlo, porque absorvía mucho tiempo". No obstante, ahora está convencido de que "con una buena organización, no hay problema, todo puede hacerse".

Cambió la piscina por las pistas y ahora sigue descubriendo nuevas opciones. Carreras de montaña, triatlón, maratones... intenta no faltar a ninguna cita.

El deporte fue a su encuentro. O puede que al revés. Cuando su hija María cumplió un año, se calzó las zapatillas y salió a correr. Era viernes. Despertaron las ganas y el momento, que es ahora, e internet hicieron el resto. Búsqueda de información sobre la media maratón de Almería. Dos días más tarde. "Tardé casi dos horas pero terminé". Las hojas del calendario señalaban el año 2007. Uno más tarde, en 2008, acude al maratón de Madrid y en 2010 a la media de Almería que completa en 1,25. ¿Secretos? Ninguno. "No llevo plan de entrenamiento, ni nutrición especial", afirma. "Yo mismo me autorregulo". "Ahora me estoy aficionando a las carreras por la montaña, es lo que más me gusta además del triatlón". Aire puro y contacto con la naturaleza. Siempre ha ido buscando lo mismo y espera que, en un futuro cercano, sean sus dos niñas las que le sigan. "Cuando corro me gusta ir con ellas, de hecho, María entró conmigo en la meta cuando participé en la media maratón de Granada". La imagen habla por sí sóla. Caras de felicidad de ambos.

"En 2011 tengo pensado ir a los Alpes Suizos para participar en el triatlón inferno". Un reto más. "Se me dan mejor las pendientes que el llano". ¿Abandonar? Nunca.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios