Con más oficio que juego (3-0)

Sin mucho brillo Unicaja Almería no pudo repetir el altísimo nivel de hace una semana en Teruel pero se llevó, con trabajo, el debut liguero frente al Cajasol Emoción Los mejores puntos, en la recta final.

Tito Sánchez Núñez / Almería

03 de octubre 2011 - 08:20

Sin lujos pero con eficacia. Unicaja Almería estrenó la Superliga masculina en el mediodía de ayer domingo en casa y frente a un rival que se suponía no lo iba a poner fácil, el Cajasol Juvasa sevillano. Así lo hizo durante dos de los tres sets del encuentro, exceptuando un segundo de mayor superioridad ahorradora.

Unicaja no pudo repetir el altísimo nivel que mostró hace una semana en Teruel en la Supercopa de España, pero lo sustituyó con mucho oficio cuando la situación lo requirió. Mondi salió con el sexteto previsible. El Cajasol Juvasa pronto comenzó a tener algunas imprecisiones que colocaron a los ahora ya más verdinegros que verdiblancos (con la nueva equipación) con una diferencia de cuatro puntos en el primer tiempo técnico (8-4).

Ahí sufrió Unicaja una su peor pájara del mediodía. Los sevillanos buscaban una y otra vez a Rodrigo Pará y este fue limando la diferencia. Un saque directo de Nicolás Ronchi consumó la remontada visitante y el parcial llegaría a ser de 1-8 para una máxima renta de tres puntos favorable al Cajasol (9-12). Mondi introdujo a Mario Ferrera por Jeff Menzel y Unicaja tuvo que apretar en defensa para tratar de frenar la sangría. Ibán Pérez se sacrificó como el que más, levantando varios balones que casi tocaban el suelo. Los almerienses volvían a respirar y Víctor Viciana, que celebraba su cumpleaños (los aficionados se lo recordaron y le cantaron el "cumpleaños feliz" a poco de iniciarse la contienda), provocaba, sorprendiendo al segundo toque, que Unicaja volviera a tener ventaja en el segundo tiempo técnico (16-14).

El set pareció encarrilarlo Unicaja pero el Juvasa nuevamente apretó entrando en la recta final (22-21). Ferrera sacó a Unicaja del atolladero con un remate y un bloqueo que le dieron a los locales el primer punto del partido.

El segundo fue el set más plácido para el sexteto de Mondi. El hispano-argentino devolvió a la pista a Menzel. Unicaja salió lanzado y ya al primer tiempo técnico ganaba con contundencia (8-2), ventaja que amplió el norteamericano con un saque directo. El técnico visitante, Magú, agotaba sus tiempos muertos con el 10-2 y su equipo pareció despertar entonces, aunque Mondi supo detener la reacción pronto. Dos penaltis en la red, uno aprovechado por Menzel y otro por Viciana, quien también sumó otros dos puntos de bloqueo, terminaron de sentenciar el 2-0 para el conjunto almeriense.

El Cajasol Juvasa vendería cara su derrota en el tercer parcial. De hecho, comenzaron este por arriba en el marcador. Menzel asumió un mayor protagonismo ofensivo y el capitán, Gustavo Delgado, tuvo que irse momentáneamente al banquillo a causa de lo que parecía ser una lesión en el hombro pero que luego se quedó nada más que en un golpe. Su lugar, durante unos minutos, lo ocupó el joven Carlos Baos.

El set tuvo mucha más igualdad que su antecesor y también fue en el que se vieron algunos de los mejores puntos del encuentro. Uno de ellos llegó en una defensa de Toni Llabrés, que Viciana dejó pasar sorprendiendo al bloqueo sevillano y que acabó botando en la pista rival. Pero el Cajasol tuvo opciones para forzar el cuarto juego, con una ventaja de tres puntos (18-21) que llevó a Axel Mondi a pedir tiempo muerto. Menzel volvió a tomar el mando con Ibán Pérez en el saque y Austin Zahn completó la remontada en la red (22-21).

El tramo final estuvo repleto de emoción. Unicaja tuvo cuatro bolas de partido que no pudo aprovechar e incluso los sevillanos gozaron de alguna para ganar el set, pero tampoco lo cerraron. El intercambio de puntos entre Alberto Salas y Pará alargó el parcial y en la quinta oportunidad para los verdinegros el punto se fue alargando.

Grandes defensas, casi imposibles algunas de ellas, por uno y otro lado y el Pabellón Moisés Ruiz puesto en pie aguardando el que fuera el bueno y que significara el triunfo local. Lo tuvo en sus manos Zahn, lo acarició Viciana, y así durante varias acciones hasta que Pará rozó la varilla y dio el punto definitivo.

Unicaja ganaba ese pulso final y lograba su primera victoria de la temporada en la Superliga masculina. Sin excesiva brillantez, pero con mucho trabajo y sacrificio. Para seguir cogiendo ritmo.

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