
Paseo Abajo
Juan Torrijos
¡A por ellos!
EN LÍNEA ENEMIGA
Adecir verdad y puesto que se me ofrece la columna para sincerarme a mi manera, no me gusta mucho el cine y tampoco mentir en los espacios de opinión. Todo esto es cierto. Al menos de momento. Si se me va la pinza en alguna de las afirmaciones, suelo avisar antes. No me gusta mucho el cine. Es así. A no ser que sea una película en concreto, que tenga muchas ganas de ver, me cuesta mucho aguantar en el asiento la hora y media o dos que dura el filme. Para mí, el hundimiento del Titanic de James Cameron era una lucha contra las ganas de levantarme. Y que se hunda el Di Caprio ya, que de todos modos, mi hermano me fastidió el final. Por eso creo que los cortos son una buena idea. Sí, porque para los culo inquieto de mi especie, más de media hora seguida puede resultar una eternidad. Y más si el argumento no engancha demasiado. Por eso, diez, quince minutos... una historia sencilla que contar y, como dice aquí el señor Iván Gómez paspaña que empiezan los Hombres de Paco, terminan rapidito y ofrecen más variedad. La cantidad de personajes que están pasando estos días por el teatro Apolo y las demás instalaciones dotan de caché a este festival aunque coincidiendo con lo que sugirió mi redactor jefe y sin que sirva de precedente (lo de la coincidencia) respaldo el Almería en largo con películas de más duración, aunque a mitad de la misma, y si una actuación estelar de Clin Ingu no lo remedia, seguramente empiece a demandar aire libre. Lo de la música es diferente. Conciertos en los que se puede interaccionar con el cantante... poder dar saltos y esas cosas. Una actividad más dinámica. No obstante, el día que los culo inquieto nos unamos y firmemos un manifiesto, el mismo contemplará más certámenes de cortos. Es la mejor solución. Y ahora disculpénme. Demasiado tiempo sentada...
También te puede interesar