Bombas nucleares

Palomares 'flojea' en un nuevo encuentro entre España y Estados Unidos

Encuentro de José Manuel Álbares con Antony Blinken.

Encuentro de José Manuel Álbares con Antony Blinken. / Redes sociales

Cuarta cita entre España y Estados Unidos para abordar la limpieza de Palomares. Y las novedades escasean. José Manuel Albares, Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, se ha reunido en la tarde de este viernes con Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, para tratar varios asuntos de calado internacional entre las dos administraciones, pero ninguno ha dado señas claras de avance.

"Cuando pronuncié Palomares, Blinken me ha comentado que recuerda perfectamente la reunión que mantuvieron hace un año Pedro Sánchez y Joe Biden con respecto al tema", manifiesta en rueda de prensa tras la cita.

Albares asegura que los expertos desarrolla en la actualidad el trabajo técnico "para analizar la mejor forma de remover las tierras". Sánchez anunció hace un año que mandarían a sus equipos a analizar la situación. "Blinken está abierto, es positivo, constructivo y conoce perfectamente el dossier", manifestó el ministro español.

No se esperaba demasiado más sobre la reunión. Normalmente, el tema de Palomares se encuadra en encuentros donde el resto de asuntos a tratar copan la mayor parte de las conversaciones, teniendo estos al un mayor calado en la actualidad.

De ahí que Palomares sea, habitualmente, sea relegado a un tercer plano. En esta ocasión, también se suma que nadie llega con los deberes hechos, pues aunque existe un plan de limpieza, Estados Unidos no tiene diseñado ningún plan con el que 'evacuar' la tierra contaminada los terrenos de la pedanía de Cuevas del Almanzora, siendo esta la parte más costa de los trabajos.

La próxima administración, ¿clave?

Con todo esto, y teniendo en cuenta que el periodo electoral que se avecina en Estados Unidos, la limpieza de Palomares, o al menos el acuerdo con el que se cierre definitivamente este triste capítulo, se tendrá que desarrollar con la próxima administración de los Estados Unidos, esa que tomará el poder a partir del mes de noviembre.

Y lo que ocurrió la última vez ya es conocido. Tristemente conocido. El compromiso adquirido entre España y Estados Unidos, estrechado con las firmas de John Kerry y Margallo, se esfumó con la victoria de Donald Trump, que encerró el acuerdo en un cajón para no volver a ver la luz. Y es que el partido Republicano no ha mostrado nunca el más mínimo interés por gastarse un duro en la limpieza de los terrenos contaminados. 

Los encuentros fallidos anteriormente

Hace exactamente un año, Pedro Sánchez habló de Palomares con Joe Biden. Afirmó que "se logró un avance" y enfatizó la importancia de convocar a sus equipos técnicos "a la brevedad posible" para superar obstáculos técnicos y permitir que Estados Unidos se lleve la tierra contaminada. Específicamente, el objetivo es "sacarla de España" para "resolver definitivamente el problema". "Hemos acordado demostrar nuestra determinación para resolver este asunto", concluyó.

Biden ha intentado 'negociar' por Palomares en varias ocasiones sin éxito. De hecho, el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, visitó España en 2010 como vicepresidente del gobierno de Barack Obama y se comprometió a asistir en la limpieza. Sin embargo, no se tienen noticias adicionales al respecto.

En el Partido Demócrata, no solo él se comprometió con la limpieza. En octubre de 2015, el entonces secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, firmó en Madrid una declaración de intenciones para abordar la limpieza de Palomares. Se llegó a un acuerdo verbal: los trabajos tendrían una duración aproximada de tres años. Tanto el gobierno español como el estadounidense costearían el tratamiento (aunque no se especificó el porcentaje de cada uno) y, en principio, España se encargaría de retirar la tierra contaminada mientras que Estados Unidos la depositaría en el estado de Nevada. El costo de los trabajos, incluido el transporte del material radiactivo (que, de hecho, es lo más costoso), superaría los 600 millones de euros.

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