Uno de los falsos mitos que por desgracia existe en la sociedad acerca del cultivo intensivo almeriense es que impulsa la huella de carbono. Nada más lejos de la realidad, los invernaderos solares de la provincia son una herramienta productiva que trata con especial cuidado al medio ambiente. Es más, es un sistema productivo responsable y eficiente a través de 60 años de experiencia, innovación y tecnología, como bien pusieron de manifiesto ayer profesionales en el Congreso Inverdadero. Sostenibilidad real sin postureos, que se enmarca dentro de la campaña Es de invernadero. Frutas y Hortalizas sostenibles de Europa, de HORTIESPAÑA y la Unión Europea.

El Auditorio de la Universidad de Almería se llenó para escuchar a diferentes ponentes sobre la sostenibilidad real en los invernaderos solares. Juan Tomás Cano, presidente de HORTIESPAÑA, fue el encargado de presentar el congreso. “Queremos hacer llegar a todos los profesionales cómo se cultiva en Almería, de una forma sostenible, y que este mensaje llegue a todo el mundo”, comentaba Cano que cree que esta injusta fama que tiene el campo “viene movido” por la mala imagen que tiene el plástico en la sociedad actual. “Sin darnos cuenta, esto se relaciona con los invernaderos. Tenemos que intentar acabar con este mito”.

Son muchos los falsos mitos que se han creado sobre los invernaderos solares de Almería y la costa de Granada. A través de la ciencia, de datos, de la realidad, los profesionales del congreso trataron de demostrar que mucha de las cosas que se cuentan, no son así. Se trata de transferir conocimientos, de mostrar la realidad del agro almeriense. La fruta y las hortalizas son los alimentos más saludables que se pueden consumir y, a la vez, se está cuidando el planeta y dando vida a las zonas rurales. Es un modelo que tiene futuro por delante y que, por suspuesto, se ha convertido en el primer sostén de la economía provincial.

Uno de los ponentes que más claro habla siempre y que defiende al campo de manera férrea es Juan Carlos Pérez Mesa, catedrático de la UAL y codirector de la Cátedra Coexphal-UAL. “Vamos a intentar transferir el conocimiento real de las cosas que hace el agricultor desde hace muchos años. Antiguamente le llamábamos hacer las cosas con sentido común y ahora se llama ser sostenible. Se trata de romper esa simetría de información que existe entre lo que piensa el consumidor y lo que realmente hace el agricultor”.

Y es un congreso de esta importancia para el sector agroalimentario no podía Cajamar. Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de la entidad financiera, defendió que los agricultores almerienses llevan muchos años haciendo la tarea de la sostenibilidad. “Muchas veces hablamos de la sostenibilidad como si fuera nueva, pero nosotros llevando siendo sostenibles desde que se comenzó a producir bajo plástico. La sostenibilidad es intentar que las generaciones futuras vivan mejor que ahora mismo. Si hiciéramos balance de cómo estaba la provincia hace 60 años y cómo está ahora, creo que el progreso y la mejora ha sido importante”.

García Torrente se hizo una pregunta interesante: “¿Nuestro modelo es más intensivo en emisiones de gases efecto invernadero que otros modelos productivos del mundo? Creo que no hay una gestión tan eficaz de los insumos y producir tantos alimentos utilizando tan pocos recursos”.