Literatura

Vanessa Montfort: “Los lectores te hacen sentir bien y son mi gasolina para seguir escribiendo”

  • La autora presenta este jueves su última novela ‘La hermandad de las malas hijas’ a las 19 horas en el Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas en el ciclo ‘Diario de los libros’

Vanessa Montfort presenta su última novela en Almería.

Vanessa Montfort presenta su última novela en Almería.

La autora barcelonesa presenta su última novela La hermandad de las malas hijas (Plaza & Janés) hoy a las 19 horas en el Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas. La autora participa en el ciclo Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. Montfort estará acompañada en la presentación por Antonio Lao, Director de Diario de Almería y María del Mar Ruiz, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UAL.

-Es la tercera vez que participa en Diario de los Libros y ahora presenta La hermandad de las malas hijas. De entrada el título llama la atención.

-Es un título irónico, porque esas malas hijas digamos, que son un grupo de amigas, lo que se denominaba la pandilla. Siempre por unas cosas o por otros se han sentido malas hijas. Todas tienen unas relaciones muy complejas con sus madres. El título es irónico, todo el mundo hace lo que puede, pero si es verdad en esta generación que tiene entre 40 y 50 años con nuestras madres hay una relación especial. Ellas fueron las madres en la Transición y nosotros somos los hijos de la Democracia y se nos ha educado de una forma que a ellas les hubiera gustado que las hubieran educado. Ellas vivieron una educación y luego se enfrentaron a un primer conato de la mujer a la hora de incorporarse al trabajo. Vivieron una serie de cambios pero no han podido disfrutarlos del todo.

-¿Es una novela que ofrece muchos mensajes?

-Es una novela que pretendía ser, por un lado, un diálogo entre estas dos generaciones que se deberían entender porque piensan muy parecido, pero por otro lado, me preguntaba si tenemos tiempo suficiente o la sociedad que habla tanto de conciliación de las madres para ser madres, se plantea la necesaria conciliación de los hijos para ser buenos hijos.

-¿Fue la pandemia la que hizo que se planteara escribir esta novela?

-Totalmente. He sido consciente de que mi madre se había hecho mayor en la pandemia, porque me di cuenta que la prensa y todo el mundo ponía el foco sobre personas de determinada edad a la hora de ser mas frágiles con el coronavirus. Había que protegerlos más y te pesaba más la distancia.

-Las protagonistas de la novela a excepción de Gabriel son todo mujeres.

-Todas estas historias me han ido surgiendo de entrevistas que he ido haciendo. Ahí está mi pasado periodístico, ya que creo que la periodista es la que me documenta y la escritora es la que escribe. Al hacer entrevistas me daba cuenta que había un tipo de relación familiar hijo-madre muy marcada que se daba en muchos casos. Sin embargo, hay un modelo donde el hijo se convierte en padre de su madre. Eso me llevó a plantearme un personaje masculino y muchos de mis lectores me escriben diciéndome que se ven reflejados en la novela.

-Asegura que hubo un momento que dio un volantazo a esta novela. Eso se lo dice en los agradecimientos a su editor, Alberto Marcos. ¿Qué pasó?

-Yo iba a escribir una historia sobre madres e hijas. Mis obras tienen en común que son todas novelas de amistad, de seres humanos y las relaciones entre ellos. Cuando me puse a escribir leí una noticia donde se aseguraba que ya había más parejas con perros que con niños en este país. Me llamó la atención y decidí que fuese un paseador de perros el que me permitiera entrar en cada casa. Este personaje, Orlando cuando empecé a escribir, la idea era hacerlo vivir. Pues en el primer capítulo decido que muera, siendo uno de los protagonistas. De repente me di cuenta que tenía más sentido muerto que vivo y me disparaba la trama en la primera página de la novela.

-Le hace un homenaje a su perrita Fiera y a los animales de compañía en esta obra.

-Tenía mucho sentido porque los animales de compañía son fundamentales en la vida de las personas mayores. Hacen una gran función con los mayores y me apetecía ponerlos en valor.

-El juez Calatayud asegura que un hijo nunca puede ser amigo de su padre. ¿En el caso de las mujeres cómo lo ve?

-Me parece algo perverso. Una cosa es que te lleves bien, pero la relación será siempre otra, y debe ser otra. La relación de amistad es otra cosa.

-Con el paso del tiempo, considera que los mayores llevan a cabo un chantaje emocional sobre todo con los hijos.

-Es una necesidad de llamar la atención y otras veces es una frustración por no poder seguir haciendo lo que antes podían hacer. Llevar la vejez es muy difícil, y no nos enseñan que las cosas se acaban y tenemos una malísima relación con la muerte en Occidente. La novela tiene momentos muy duros y momentos muy divertidos también, pero ante todo quería hacer una novela donde el diálogo fuera la clave.

-¿Difiere mucho la opinión sobre su obra entre hombres y mujeres?

-No. Difiere más entre madres e hijos. Se sienten reconocidas y culpables las pobres. Con la lectura de la novela se han sentado a hablar.

-¿Qué supone este encuentro con sus lectores en Almería, en el ciclo Diario de los libros?

-A mí me encanta. Hay gente que es más tímida o escribe más para sí mismo, yo escribo para los lectores, no para los críticos ni para mí sola, porque si no lo dejaría en un cajón. Por lo general, la gente que acude a los actos literarios es muy amable, los lectores te hacen sentir bien y son mi gasolina para seguir escribiendo.

-Mujeres que compran flores ha sido una obra que tuvo una acogida excepcional, con muchísimas ventas. Esa novela tiene un significado especial.

-Fue una sorpresa para todos. Algún editor en el pasado me dejó caer que no iba a vender mucho. Lleva 30 ediciones en España, es un libro que los lectores han decidido que se quede. Siempre te preguntas por qué un libro cuaja de esa manera.

-De cara al futuro piensa ya en su próxima novela.

-Estoy centrada en la promoción de esta novela, pero es probable que tenga una historia muy fuerte de época, con un personaje muy fuerte y algo más oscura. Pero vamos todavía estoy volcada en esta que presento en Almería.

-Tiene una relación muy personal con Almería desde hace años.

-Sí, tengo una casa en Agua Amarga, porque precisamente una parte de la novela Mujeres que compran flores la escribí en Agua Amarga. También he escrito en esta tierra dos obras de teatro. Hace 15 años la conocí por primera vez, ya que hice un recorrido por distintos pueblos de la costa. Estando en la Facultad, me invitó mi amiga Ana Castillejo a la Feria de Almería. Cuando vi el Parque Natural descubrí otro mundo. En ese tiempo me alquilé un apartamento pequeño y veía el mar. Venía incluso fuera de temporada y me conozco todo el pueblo.

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