Al igual que le ocurre a muchos aficionados, yo me pregunto qué entenderá el vestuario por “competir”. Y digo esto porque a la conclusión del partido en San Sebastián Embarba dijo, muy convencido, que el equipo “había competido”. Muchos vimos a un Almería muy sometido por la Real Sociedad, arrinconado por momentos, al amparo de los reflejos, una vez más, de Maximiano, que estuvo como en Las Palmas, donde se logró la primera y única victoria de la temporada en Liga. Entonces dije que lo mejor del partido fue el resultado y digo lo mismo de lo ocurrido en el Reale Arena. Lo mejor, el resultado, porque de juego… A un equipo profesional y en primera división, como es el caso del Almería, la afición, que está muy, pero que muy quemada con el vestuario, al que no ve ganar en el Mediterráneo desde el mes de mayo del año pasado, no se le puede tomar el pelo de esa manera. Una afición que está a años luz del equipo, pero años luz, y desde el vestuario se lanzan mensajes que hacen pensar que ese grupo está en una “burbuja”. Lo de San Sebastián fue como una visita al dentista. Vimos a un equipo achicando balones y capeando lo mejor que pudo la tormenta. A un equipo se le exige pelear y luchar y eso no lo vimos en San Sebastián. Es cierto que el partido se pudo hasta ganar si no llegar a ser porque Ramazani falló en la última jugada delante del portero, donde el equipo tuvo esa pizca de suerte que a lo largo de esta temporada le ha faltado para conseguir más puntos, pero de ahí a decir que el equipo “compitió”, es como hablar de la noche y el día. Y ya no vamos a hablar de “divertirse”, porque divertirse como tal en el campo… poco se tuvieron que divertir. Es raro que el equipo, sin jugarse nada ya clasificatoriamente hablando, no sea capaz aún de soltarse y dejarse los miedos y las angustias en el vestuario.

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