El medio y el ambiente

Miedo me dan las baterías de litio

El proceso, que dura entre uno y dos meses, es costoso debido a su alto consumo de energía

Lo primero que me ha llamado la atención de las baterías de Litio es el hecho de que intentar conseguir información de las mismas en Google, es una labor ardua. Inocentemente, me pensaba que no iba a ser así, y que tampoco era cosa de ponerse a buscar en las bases de datos científicas para conseguirla, pero lo cierto es que dicha información, “está más liada que la pata de un romano.” Lo único que he sacado en claro son los siguientes datos: que las reservas de Litio son finitas, por lo que antes de emprenderla “a destajo” con ellas, antes de entrar hay que tener prevista la salida. Que en la obtención del mismo, se gasta una “panzá” de agua, mucha agua. Que no sólo se necesita Litio, sino que “por término medio”, expresión que me da escalofríos, se necesitan 10 kg de Litio, 20 de Manganeso y 15 de Cobalto. A propósito del término medio, un ejemplo: la batería del famoso Tesla modelo S lleva unos 60 kg de Litio.

En cuanto a la contaminación medioamiental que se produce, veamos los pasos: en Australia y en China, primero trituran las rocas. A renglón seguido, se agrega agua para formar una pasta que se coloca en un tanque donde el aire permite separar el litio de la roca. Después de la filtración, el polvo de litio obtenido se refina más. Para ello, se calienta a una temperatura de hasta 1.000 grados. Luego se agregan productos químicos y agua antes de otra filtración, según explica en un artículo de 2020 la revista especializada Mineral Engineering.

El proceso, que dura entre uno y dos meses, es costoso debido a su alto consumo de energía. Además, el uso de agua y productos químicos lo hace poco respetuoso y amigable con el medio ambiente. En los desiertos de sal de Argentina, Bolivia y Chile, hogar de los depósitos de litio más grandes del mundo, el metal se encuentra en salmuera, una mezcla de agua y sales. Para extraerlo hay que bombear la salmuera de las profundidades y luego colocarla en cubetas gigantes para que el agua se evapore. Una vez que las sales se hayan solidificado, se trasladan al fondo de las piscinas después de un año o año y medio, según las condiciones climáticas. Y eso es “así de fácil” porque las salmueras ya está fabricadas por la Naturaleza. En resumen, trajinar con salmueras, consumir agua “por un tubo”, y nunca mejor dicho. En el caso de Argentina, Bolivia y Chile, con la incertidumbre de no saber qué pasará en esos subsuelos después de extraer las salmueras. Y todo ello sin olvidar la energía que se gasta para obtener el polvo de Litio. ¡Virgencica, virgencica, que me quede como estoy.

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