En la película “Tiempos modernos”, un obrero metalúrgico que trabaja apretando tuercas en una cadena de montaje, acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, emprende la lucha por la victoria en compañía de una pobre joven huérfana a la que conoce en la calle.

A pesar de ser cine mudo y en blanco y negro, transmite claramente su mensaje: una crítica al sistema capitalista de esos días.

Esa es la sociedad que se está fomentando actualmente, sólo que adaptada a los tiempos ¿modernos? que calificarlos de “modernos” sea más un eufemismo que un realismo, ya que lo que pretenden los dirigentes verdaderos es “una sociedad feliz”, pero siendo ellos quienes definen la “felicidad” y quienes a través de políticos a su servicio, tratan de convencer a la sociedad de sus beneficios. Por esa razón no puede haber fisuras en ninguna parte del sistema y todo ha de ser “monolítico”, “prietas las filas” e “ismos”, y loas al caudillo político.

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