Vale la pena

Que la universidad no te prepara para la vida laboral es algo que se viene diciendo los últimos años

¿te gusta enseñar? Te lo pregunto porque dedicarse a esto no es fácil, y requiere pasión. La mayoría de los maestros de educación infantil y primaria parecen saber lo que quieren cuando eligen sus estudios universitarios, y al finalizar los mismos, esperan incorporarse a la dinámica de un colegio, y desarrollar en el mismo las estrategias aprendidas durante su formación.

En el caso de otras etapas educativas, aunque en algún caso la elección de la carrera está orientada al ejercicio posterior de la docencia, máster mediante, la decisión suele tomarse más tarde, de modo que quien estudia biología, física, matemáticas, inglés o ingeniería, tiene que dar el paso que naturalice su vocación, porque una vez incorporado a un centro educativo, uno ya no es químico ni historiador, sino profesor de química o de historia, que no es lo mismo.

Que la universidad no te prepara para la vida laboral es algo que se viene diciendo los últimos años. En el caso de la enseñanza, la realidad de las aulas y la complejidad actual de las tareas a realizar por el profesorado está muy lejos de los programas académicos. Tú sabes que los alumnos son cada vez más diversos, con capacidades diferentes, se han incorporado tardíamente al sistema educativo, presentan dificultades de aprendizaje o no alcanzan el nivel requerido, y todos, a veces muchos, se sientan en la misma aula, a la misma hora, con el mismo profesor, junto a otros que si parecen tener la capacidad de seguirte, aunque a veces también desconectan, porque no les interesa lo suficiente lo que ofreces, porque no le ven sentido, o simplemente, porque el ambiente de la clase no te permite desarrollar la docencia en condiciones adecuadas. Y los continuos cambios legislativos sin acuerdos en lo relevante tampoco te ayudan.

Al final del segundo trimestre, a la dificultad del trabajo diario se añade la de trasladar otra vez información al alumnado y a sus familias sobre su progreso, y te parece cada vez más compleja la evaluación, y dudas de que los indicadores, instrumentos y rúbricas diversas sirvan para solucionar los problemas a los que te enfrentas. Y eso si es que quieren saber, que a algunos ni les interesa. Aún así, lo que verdad importa si te gusta enseñar es que vale la pena el esfuerzo, aunque sean sólo algunos de tus alumnos los que te sigan y aprendan, porque la pasión en lo que haces puede transformar sus vidas.

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