Tenemos que ponernos serios y que la sociedad se conciencie de un problema serio como es el sobrepeso y la obesidad infantil en nuestra capital y provincia que, por como se ve por la calle, está alcanzado cotas muy elevadas en familias con pocos recursos y algo más baja en familias de clase media-alta. Luego, ya tenemos un primer factor que es el económico, pero influyen a mi modo de ver otros: la falta de ejercicio o deporte, el ejemplo en la familia es clave, el sedentarismo que imponen las redes sociales y claramente la alimentación y el abuso de bebidas carbónicas. Espero y deseo sinceramente que, cada vez menos, niños y jóvenes tengan que pasar por esta experiencia, y menos las personas con sobrepeso como las que nos cruzamos por nuestro Paseo y por Federico García Lorca obesas, jóvenes estudiantes, ellas y ellos, comiendo buenos bocadillos o trozos de pizza, o bollería industrial. Sin duda la mejor y principal razón o argumento es que evitando este problema mejoraremos nuestra salud, y nuestra expectativa de vida será más alta. Ganaremos en autoestima, nos encontraremos más a gusto con nosotros mismos y de cara a los demás.