El medio y el ambiente

La sociedad, el metro y la Gaseosa

Unos fuerzan a girar el torno hacia la derecha y los otros lo fuerzan hacia la izquierda. Conclusión: el torno no se mueve y nadie pasa

Imaginemos que, en los accesos al metro, para que no haya “apelotonamientos” colocan 2 torniquetes, uno para las personas rápidas y otro para las lentas. El resultado sería que cada cola fluye a su paso y nadie se pone nervioso, porque ha mejorado el orden en la estación.

Ahora bien, a continuación de esas máquinas, y para ordenar el tráfico de personas, colocan un torno al que acceden por una parte los viajeros rápidos y por el extremo opuesto del diámetro del torno, los lentos. Unos fuerzan a girar el torno hacia la derecha y los otros lo fuerzan hacia la izquierda. Conclusión: el torno no se mueve y nadie pasa.

Como la Ciencia sabe aplicar sus conocimientos en los ámbitos diarios de la vida, un físico nos diría que la entropía de la estación ha disminuido.

Otro ejemplo, el chiste de Eugenio del eclipse de sol y el coronel que quiere que los soldados lo vean. Está en youtube. El mensaje va cambiando conforme va cambiando de escalón en la escala de mando. Es decir, ha aumentado la entropía del mensaje, y al final ningún soldado se entera de qué es lo que va ocurrir ni a quién van a ver en el patio.

Es decir, la frase de que “la entropía es una medida del desorden de un sistema”, que es de la Física, se aplica a todos los sistemas, sea un matraz en el que se está llevando a cabo una reacción, o sea una Sociedad a la que algunos políticos están bombardeando con energía en forma de mensajes que rompen la rutina diaria de la sociedad, rutina que consiste en algo parecido al “Ora et labora” de los conventos. Trabajar, vivir, educar a sus hijos, llegar a fin de mes. Vamos, lo que se ha considerado normal toda la vida.

El problema de la entropía radica en que, si bajara hasta el cero, la sociedad se quedaría más quieta que las Cariátides que adornan la entrada principal del Ministerio de Agricultura. Malo.

Pero si la entropía sigue aumentando, pues como una botella de gaseosa cuando la agitas y de pronto le quitas el tapón, todo ese desorden sale de golpe.

Para terminar, mi agradecimiento a Norbert Wiener por publicar hace unos 70 años, siendo profesor de Matemáticas en el M.I.T., su libro “Cibernética y Sociedad”, donde he conseguido el ejemplo del metro. ¡Ah! Se puede conseguir a buen precio en las páginas WEB de libros usados, por si a algún político le interesa.

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