Tribuna

Javier Soriano Trujillo

La OTAN cumple 75 años

El contexto internacional, marcado por la Guerra Fría, determinó la evolución de la OTAN, que ha ido consolidando su estructura política y militar en las décadas siguientes

La OTAN cumple 75 años

La OTAN cumple 75 años

Cuando algunos de nuestros representantes públicos, los seguidores de una ideología anacrónica y condenada por el Parlamento europeo como es la comunista, no sólo se manifiestan contrarios a decisiones derivadas de nuestra pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino que además son contrarios a ello, es conveniente recordarles lo que esta Organización ha supuesto para nuestra Nación desde que nos integramos en ella en mayo de 1982.

Desde mi punto de vista, hemos sido una Nación aislada en el contexto internacional desde el Congreso de Viena de 1815, que puso fin a las guerras napoleónicas y convirtió lo que hemos creído siempre que ha sido una victoria (la Guerra de la Independencia) en la mayor derrota de nuestra historia, puesto que supuso el principio del fin de nuestro imperio y nuestra subordinación a Francia y Gran Bretaña. Hemos vivido desde entonces un aislamiento económico, científico y militar que nos ha postergado internacionalmente. No fue hasta los acuerdos de septiembre de 1953 con los Estados Unidos cuando se empezó a romper este secular aislamiento internacional. De estos acuerdos, y siempre con el apoyo estadounidense que vetó cualquier decisión contraria a ello, a convertimos en 1982 en miembros de la OTAN. Esta integración facilitó nuestra aspiración de incorporación a la Comunidad Económica Europea (CEE), con la firma del Tratado de Adhesión en junio de 1985 y miembro efectivo desde enero de 1986. Por tanto, ingresamos antes en la OTAN que en la CEE.

Y cuando este año se cumple el 75 aniversario de esta Organización que tiene sus orígenes en el Tratado de Washington firmado el 4 de abril de 1949, también es conveniente recordarles a estos representantes públicos comunistas el origen de este Tratado. Tras la Segunda Guerra Mundial y ante el expansionismo de la Unión Soviética en el continente europeo, sus hasta entonces aliados occidentales se vieron forzados a organizarse defensivamente constituyendo en Bruselas el 17 de marzo de 1948 el “Tratado de Defensa Mutua” entre Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Reino Unido. Pero su notoria inferioridad militar y económica ante los soviéticos, les llevó a buscar el apoyo estadounidense y canadiense, firmando el Tratado de Washington de 4 de abril de 1949 por el que se creó la OTAN. Esta Organización se convirtió en el “paraguas” que permitió a los aliados europeos iniciar una etapa de reconstrucción, de paz y prosperidad que les llevó a crear 8 años después la Comunidad Económica Europea (CEE) por el Tratado de Roma de 5 de marzo de 1957.

El contexto internacional, marcado por la Guerra Fría, determinó la evolución de la OTAN, que ha ido consolidando su estructura política y militar en las décadas siguientes. Una Organización internacional basada en los principios recogidos en el preámbulo del Tratado de Washington (democracia, libertad individual y estado de derecho) y cuyo objetivo es garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros a través de medios políticos y militares. Su dimensión política quedó garantizada por el Consejo Atlántico, máximo órgano decisorio en laOrganización y foro para el diálogo político permanente entre los Aliados sobre la base del consenso, por el que las decisiones no se votan y sólo entran en vigor cuando todos los Aliados se muestran conformes con ellas. La capacidad de adaptación de la OTAN a lo largo de su historia, así como para mantener vigentes los principios y compromisos asumidos en Washington en 1949, se ha puesto a prueba en la etapa actual en la que nos enfrentamos a un escenario geoestratégico extremadamente complejo. La amenaza rusa ha dado de nuevo prioridad en la OTAN a la disuasión y defensa, frente a las otras dos tareas fundamentales que se empezaron a diseñar a partir del Concepto Estratégico de 1991, la gestión de crisis y la seguridad cooperativa.

Y ante este escenario geoestratégico tan complejo, la OTAN sigue siendo un pilar fundamental en la estabilidad global. Una Organización que nos abrió sus puertas hace ya 42 años, y en la que somos y debemos seguir siendo un aliado comprometido en su doble dimensión política y militar, como así se destaca en la Directiva de Defensa Nacional 2020 al afirmar que la Alianza Atlántica constituye un fundamento importante de nuestra Defensa Colectiva, garantizando nuestra paz, libertad y prosperidad. Sin olvidar que en el vínculo transatlántico está la esencia de esta Organización.

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